Hablemos de la contravoluntad – y de cómo no sólo se aplica a los niños
Hace unas semanas, íbamos en el auto como familia. Yo conducía.
Era un día soleado y olvidé de encender las luces.
De camino a mi destino, justo antes de una rotonda, el auto frente a mí se detuvo repentinamente. El conductor (un hombre mayor) salió del auto y con un gesto me mostró que había olvidado d’encender las luces.
Como dije, era un día soleado, pero la ley suiza exige que todos los vehículos tengan siempre las luces encendidas.
Sentí una sensación de reticencia que se elevaba dentro de mí. Me mostré amigable, con un gesto de «ok, lo haré». Pero el hombre se detuvo y esperó hasta que yo encendiera la luz.
Entonces asintió, entro en su auto y prosiguió.Tuve que sobreponerme con toda mi voluntad activada para no volver a apagar la luz.
¿Qué es lo que me pasaba?
- Se podría argumentar que esta persona solo quería evitar que me multaran si me metía en un control policial.
- O se podría argumentar que realmente estaba infringiendo la ley al no activar las luces.
Eso puede ser cierto. Pero mis sentimientos se rebelaron y no entendía el comportamiento tan controlador de este señor.
Quizás tu, en una situación así, simplemente le darías las gracias al hombre por señalártelo y seguirías adelante felizmente.
¿Pero qué hay de las situaciones en las que recibiste consejos de tu vecino – o incluso de tu suegra, que aparece esporádicamente – sobre cómo limpiar mejor tu casa? ¿O la persona de la caja del supermercado detrás de ti, que te muestra lo apurada que está al empujar su carrito de compras en tus piernas?
Creo que la mayoría de nosotros conocemos esa sensación. Es un instinto vital, dado por Dios, que nos ayuda a resistir todas las influencias externas. En el artículo siguiente veremos un poco más sobre el tema para qué puede servir esta contravoluntad.
La contravoluntad.
Es exactamente esta sensación la que se produce cuando los niños (o, como en este ejemplo, yo como persona adulta) reaccionan desafiantes y se resisten.
Usé mi auto-control, pero me costó mucho dejar esta luz encendida. Cada fibra en mí se luchaba por hacer exactamente lo contrario de lo que sería bueno y correcto: Todo en mí quería apagar esa luz (y ver si el conductor que aún estaba delante de mí se detendría de nuevo…).
No podría describirlo mejor que Emil: [1]
«Lo mismo ocurre con los niños que están en la resistencia. Por ejemplo, si les decimos que se den prisa, irán aun más despacio. Si les pedimos que vengan aquí, se paralizan y no se mueven ni un centímetro.
¿Les resulta familiar?
Es una cualidad profundamente humana y nos ayuda a ser fieles a nosotros mismos. La contravoluntad es una parte crucial de la protección de nuestra integridad. (La integridad se refiere a la congruencia de los valores, ideales, impulsos y convicciones personales con el propio discurso y acciones).
Éste es nuestro estado básico. Resistir instrucciones que no se originan en nosotros mismos.»
Neufeld lo explica: [2]
«La contravoluntad es una resistencia instintiva y automática a cualquier sensación de ser forzada. Se desencadena cuando una persona se siente controlada o presionada a cumplir las órdenes de otra persona.»
«La contravoluntad se manifiesta de miles de maneras.
- Puede aparecer como el no reactivo del niño pequeño,
- el «No eres mi jefe» del muchacho,
- en forma de falta de interés cuando se tiene que apurar, en forma de desobediencia o desafío.
- Es visible en el lenguaje corporal del adolescente.
- La contravoluntad también se expresa a través de la pasividad, en la postergación o en hacer lo contrario de lo que se espera.
- Puede aparecer como pereza o falta de motivación.
- Puede comunicarse a través de la negatividad, la beligerancia o la argumentación, a menudo interpretada por los adultos como insolencia.
- En muchos niños impulsados por la contravoluntad podemos observar una fascinación por transgredir tabúes y adoptar actitudes antisociales.
No importa lo que parezca, la dinámica subyacente es la resistencia directa e instintiva a ser forzado.»
Kraft escribe [3]
«¿Cuál es la forma más segura de evitar que una persona haga algo: lo obligas de hacerlo. ¿Y cuál es la forma más segura de hacer que en 1906 por el psicoanalista Otto Rank (1884-1939), este teorema superficialmente simple es aún poco utilizado en la vida cotidiana. En nuestra desventaja, porque la contravoluntad es una de las fuerzas más poderosas del hombre».
Neufeld confirma esto cuando escribe: [4]
«El mero hecho de que algo sea importante para nosotros, puede hacer que nuestros hijos tengan menos ganas de hacerlo. Cuanto más presionemos a nuestros hijos para que coman sus verduras, limpien sus habitaciones, se cepillen los dientes, hagan sus deberes, cuiden sus modales o se lleven bien con sus hermanos, menos dispuestos estarán a cumplir. Cuanto más insistentemente les ordenamos que no coman comida basura, más inclinados están en hacerlo.»
Muchos de nosotros los padres no sabemos realmente cómo tratar con nuestros hijos que están en la oposición. Ya sea un niño pequeño o un adolescente, nunca es un sentimiento agradable ser confrontado con cualquiera de los comportamientos mencionados.
Por el momento, una amenaza como «Si no me ayudas a llevar la mesa, no habrá almuerzo» puede funcionar. (ver último artículo). Podría incluso describirlo como una medida de «consecuencia lógica», lo cual es en realidad algo bueno, ¿no?
Heinz Etter dijo una vez: «Trabajo con niños que no están en la resistencia. Esta es mi base pedagógica de procedimiento.»
A medida que profundizaba en este tema, me quedó más claro por qué dijo esto. He visto dos aspectos importantes en torno al tema de la contravención, que intentaré explicarles.
El primero es sobre cómo podemos cambiar de ser ese hombre a nuestros hijos que me presionó para que apagara las luces del coche a esa persona a la que se le permite decir cosas tan cotidianas en la vida de nuestros hijos. Veremos esto en el próximo artículo.
La semana siguiente será sobre que necesitamos entender para saber cómo actuar con un niño que solo se opone a nosotros, sin importar lo que digamos o hagamos y la forma en que podemos cambiar la situación.
[1] En este artículo (en alemán) de Emil Zitlau
[2 ], [4] Neufeld, Gordon. Regreso al Vínculo Familiar: Protege a tus hijos. La relación niño-adulto cuenta hoy más que nunca. Por qué los padres deben importar más que los amigos
Traducido de la versión inglesa de Kindle
Hold On to Your Kids: Why Parents Need to Matter More Than Peers . Random House Publishing Group. Kindle-Version. Chapter COUNTERWILL: WHY CHILDREN BECOME DISOBEDIENT
[3] En este artículo (en alemán) de Marc-Steffen Kraft
0 comentarios